La higiene de manos es una de las medidas más efectivas y sencillas para interrumpir la cadena de transmisión de bacterias multirresistentes en entornos sanitarios. Al eliminar los microorganismos presentes en las manos, se reduce significativamente el riesgo de propagar infecciones entre pacientes y profesionales de la salud.
Dado que muchas de estas bacterias sobreviven en superficies y pueden transmitirse fácilmente mediante el contacto, la correcta higiene de manos con agua y jabón o soluciones alcohólicas es crucial para prevenir brotes y proteger tanto a los pacientes como al personal sanitario.